Hemos vivido el mejor Escultismo de la historia

 



Hemos vivido el mejor Escultismo de la historia

Puede parecer un eslogan que cualquier scout de cualquier generación podría usar como título en una publicación de fotos en Facebook, pero, en realidad, no lo es.

Ciertamente, el inicio del Escultismo fue una gran aventura que llevó años consolidar y darle el significado que los pioneros scouts tenían en mente. Durante este proceso, enfrentaron numerosos desafíos, desde superar obstáculos iniciales hasta enfrentar eventos históricos de gran magnitud.

La rápida expansión del movimiento a nivel mundial y los desafíos de la Primera Guerra Mundial, que resultaron en la pérdida de destacados líderes scouts como Roland Phillips, creador del "sistema de patrullas", marcaron un período de profunda transformación. La Gran Depresión de los años veinte, la llegada de regímenes totalitarios en Europa, el caudillismo en Hispanoamérica y la Segunda Guerra Mundial agregaron más dificultades a la trayectoria del movimiento.

Luego, la reconstrucción del mundo, las guerras de Corea y Vietnam; fueron eventos que enrolaron jóvenes, quienes, a pesar de estas circunstancias adversas, continuaron entregando sus vidas y su compromiso. En esta coyuntura, el movimiento scout siguió creciendo en todo el mundo, arraigándose y dando forma a lo que se convertiría en el movimiento de jóvenes más grande en la historia de la humanidad.

Llegan los años setenta, ochenta y aún, los noventa. Un tiempo en que el Escultismo creció enormemente, y, como los árboles, extendió sus ramas y cobijó debajo de ellas a millones de muchachos, que, siguiendo los pasos de Baden Powell y los pioneros escultistas, vivieron una aventura real en la naturaleza, donde un grupo de muchachos había encontrado su hogar.

Donde la flor de lis era nuestra insignia; la promesa y la ley scout, nuestro marco de vida; la aventura, nuestro vivir diario y el campamento, nuestro salón de clases y laboratorio.

Aún quedamos dirigentes que vivimos esos tiempos gloriosos, dirigentes de cuarenta, cincuenta y sesenta años, que bebimos el mejor vino de la copa del Escultismo.

Sin embargo, parece que esos tiempos ya no regresarán. Gradualmente, los campamentos se han transformado en simples "camping places" donde se juega, pero se tiene el hacha muy lejos, porque se pueden cortar, en lugar de enseñar la forma correcta de usarla. El sistema de patrullas se cambió por las reglas del programa censor de los jóvenes; donde la disciplina y el orden se cambiaron por una pseudo tolerancia permisiva.

Esto no es exclusivo de una sola organización; muchas otras, que se autodenominan "tradicionalistas", también han perdido su enfoque. Estas organizaciones, a menudo, no tienen una visión, y dentro de ellas hay tal desorganización, estatismo e inmovilismo que les impide crecer y llevar el programa a más jóvenes. Es como dice el refrán: “nos quedamos cuidando la oveja y dejamos a las noventa y nueve perdidas”.

Pero no todo está perdido. Como adulto scout, tienes el poder en tus manos. Decide formarte, retoma la lectura de los antiguos manuales y regresa al camino original del escultismo. Si ofreces a los jóvenes un "gran juego", aventuras, valores, espiritualidad y una verdadera amistad, puedes estar seguro de que muchos jóvenes se unirán a tu grupo. Después de todo, cómo no lo harán, ¡si es lo que ellos están buscando y no lo encuentran!

Vuelve a las raíces, al campamento y… por allá nos veremos.


Guillermo Santis
sabioscomobaloo@gmail.com

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