Camina con cuidado, parece que Judas se hizo scout
Cuando formaba parte de la tropa, siempre nos tomábamos con gran seriedad el cumplimiento de nuestra promesa scout. A veces, me pregunto si esto se debía a la insistencia constante de nuestro jefe de tropa, o si en realidad, era porque entendíamos que esta promesa era el corazón mismo de nuestra experiencia en el movimiento scout. Para nosotros, era la parte más significativa del juego, la que nos conectaba profundamente con la visión original de Baden Powell cuando concibió este movimiento: jóvenes comprometidos con sólidos valores, viviendo su fe en Dios, demostrando su amor por la patria y respeto por la familia. Nos adheríamos firmemente a las virtudes que la promesa representaba: abnegación, lealtad y pureza eran principios que considerábamos fundamentales en nuestra vida scout. Estos valores nos unían, nos guiaban, y nos recordaban constantemente la importancia de vivir de acuerdo con estos ideales. Siempre llegábamos a ese momento en el que alguien preguntaba: "¿Puedo contar contigo bajo tu promesa y por el honor scout?" En ese instante, sentías cómo tu compromiso más profundo te impedía decir una mentira o dar una verdad manipulada.
Con profunda tristeza, en los últimos meses me he encontrado con individuos y situaciones que dan la impresión de que el movimiento scout se ha convertido en un simple grupo de personas unidas únicamente para llevar a cabo actividades recreativas, buscar estatus y poder, a menudo a expensas de otros. En estos casos, se observa una preocupación mayor por el bienestar personal y la apariencia con un uniforme impecable que por el verdadero propósito del movimiento: el crecimiento y desarrollo personal de los jóvenes.
Es desalentador ver como algunas personas utilizan a los demás, aprovechan el trabajo de otros y se enfocan en su propia posición, en lugar de priorizar las actividades y el progreso personal de los scouts.
¿Cuál es la respuesta que he descubierto para no dejar que la llama de la pasión por el Escultismo se extinga y dejar el movimiento, como han hecho muchos de mis compañeros scouts cuando se enfrentan a estas circunstancias?
La senda que he elegido para mantener la llama viva es regresar a lo fundamental. Esto implica volver a conectar con mis jóvenes, hacer que nuestras reuniones sean lo más divertidas posible y sumergirme en los antiguos manuales escritos por visionarios como Baden Powell, Gilcraft, Vera Barclay, Roland Philips y otros pioneros scouts. En este proceso, me despojo de todo el exceso de activismo, modernismo y distracciones innecesarias para volver al juego, a los valores y al principio mismo de "regresar a lo básico". Mi verdadera vocación scout es trabajar con los jóvenes, compartir con ellos lo que he experimentado, lo que me ha llenado de felicidad y ha transformado mi vida, y lo que me ha enseñado a amarla aún más profundamente.
Esta situación no es única en mi experiencia, tristemente, es algo que ocurre con bastante frecuencia y que ha alejado, lamentablemente, a valiosos adultos voluntarios que simplemente deseaban contribuir y enriquecer el movimiento. Muchos de ellos, ante la desalentadora percepción de corrupción entre los adultos, han optado por retirarse del movimiento, olvidando que lo más importante es la sonrisa de niños y jóvenes que se acercan a nuestros grupos en busca de aventuras en la naturaleza, amistades sinceras, actividades divertidas y la oportunidad de liberarse del aislamiento egoísta de los videojuegos.
Si estás viviendo esto, camina con cuidado, parece que Judas se hizo scout.
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